miércoles, 22 de septiembre de 2010
Armonía Natural
Para conservar una buena salud, es necesario que el hombre pueda equilibrar la energía de su interior (espiritu) con la energía de su entorno (naturaleza).Una
actitud positiva y relajada frente a los problemas contribuye más a su bienestar que la preocupación por resolverlas, pues al proyectar una imagen serena y confiable, su mundo externo se acomoda y, en consecuencia, mejora.
La salud del ser humano está integrada por mente cuerpo y espíritu
Piensa bien y estás bien.
No se combate la enfermedad, se fortalece la salud
La relación entre paciente y terapista es positiva y cercana
Antes de iniciar un tratamiento natural, debe consultar con su médico de cabecera
En la Medicina clásica.. El médico pregunta por los síntomas del paciente
Busca señales fisicas de la enfermedad.
Ordena análisis de laboratorio.
El tratamiento puede incluir drogas, fisioterapia, cirugía, entre otras prescripciones.. en la Medicina Natural
El médico pregunta por el estilo de vida del paciente
Dependiendo del tipo de terapia se aplica un test personal
El diagnóstico implicará causas psicosociales, bioquímicas o estructurales
El médico recomendará terapias naturales
CUIDEMOS NUESTRO CORAZÓN
En los últimos años, la dieta de los países desarrollados ha ido cambiando, siendo la proporción de grasas mucho mayor. En general, para una dieta equilibrada, se recomienda una proporción del 55-60% de hidratos de carbono, un 15-20% de proteínas y no más de un 30% de grasas. Para las personas con alguna enfermedad cardiovascular, se recomienda que las grasas constituyan menos del 30% total de calorías, con menos del 10% de grasas saturadas.
Cuando se consume mucha cantidad de alimentos ricos en grasas se favorece la acumulación del colesterol LDL, llamado 'colesterol malo', es decir, aquel que se va acumulando en los vasos sanguíneos en forma de placas de ateroma y que pueden producir su obstrucción. Esto da lugar a la aparición de problemas cardiovasculares como puede ser la angina o el infarto de miocardio. Las grasas de origen animal aportan un alto contenido de ácidos grasos saturados que dan lugar a un aumento del colesterol en sangre.
Los ácidos grasos poliinsaturados omega-6 disminuyen el colesterol LDL pero también disminuyen el colesterol HDL ('colesterol bueno' porque elimina el exceso de colesterol LDL) y se encuentran en los aceites de maíz, soja, girasol, etc. Por este motivo se recomienda un uso moderado de ellos.
Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, que se encuentran en las grasas del pescado, reducen los triglicéridos de la sangre (una cifra elevada de éstos también es perjudicial ) y disminuye el colesterol LDL en personas con cifras altas de éste. Los ácidos grasos monoinsaturados reducen el colesterol LDL y aumentan o mantienen el colesterol HDL. Este tipo de ácidos grasos se encuentran en el aceite de oliva.
Los hidratos de carbono reducen el colesterol LDL, aunque no por esto se debe aumentar su consumo pues conduciría a un aumento de los triglicéridos. La fibra contenida favorece la movilidad del intestino aumentando el volumen y provoca la eliminación de los residuos. También se absorben menos las grasas con lo que se reduce el colesterol de la sangre. La dieta cardiosaludable debe prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares además de no perjudicar a las personas que las padecen.
Hay que prestar atención a otros factores que están muy relacionados con la dieta como son la hipertensión y la obesidad. Éstos son factores de riesgo en los enfermos coronarios y actuando sobre ellos se repercute en la mejora de la salud cardiovascular. El consumo de sal se reducirá, se recomienda menos de 2,5gr por día, pues un elevado uso de este condimento ocasiona un aumento de la presión sanguínea. Se tendrá especial cuidado cuando se consuman alimentos precocinados o congelados, pues éstos ya traen añadida la sal y generalmente esta cantidad no se tiene en cuenta.
Las calorías que se consumen deben estar controladas pues un exceso de ellas puede conducir a la obesidad. Si el médico lo cree oportuno se comenzará una dieta hipocalórica para reducir el peso. En estos enfermos un sobrepeso es muy perjudicial pues se está sometiendo al corazón a una sobrecarga cuando éste presenta ya una insuficiencia.
Los alimentos recomendables :
El aceite de oliva, el aceite de soja, maíz y girasol (en menor cantidad que el primero).
El pescado blanco y, sobre todo, el azul deben consumirse de dos a tres veces por semana.
La carne de ave como el pollo, el pavo y el faisán sin piel.
Los alimentos ricos en fibra como las verduras, frutas, legumbres, cereales, hortalizas, etc.
Se aconseja tomar leche y derivados lácteos desnatados.
Tomar sólo 2 veces por semana huevos.
Las carnes de ternera, cordero, liebre y caza sin grasa se consumirá moderadamente.
Hay que evitar tomar alimentos salados, bebidas excitantes, alimentos hipercalóricos (dulces, azúcares, miel, chocolate,etc), los ricos en colesterol (yema de huevo, mayonesa, vísceras) y los que tienen grasas saturadas (carne de cerdo y derivados, carnes rojas, hamburguesas, aceites de coco y palma, etc.).
Utilizando los alimentos recomendados y una preparación adecuada al cocinarlos, la dieta colaborará a prevenir y no aumentar los problemas cardiovasculares.
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